La única certeza humana es la muerte. De ese destino, salen dos grandes respuestas. Una, el miedo. La otra, la esperanza. El miedo es inmediato, pone en alerta la supervivencia y despierta mecanismos de defensa. El miedo monologa. La esperanza, por el contrario, tiene como objetivo el futuro. Es una construcción intelectual, un proceso que necesita pensarse con los otros. Es un diálogo. La derecha siempre ha apelado al miedo. La izquierda a la esperanza.
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