" A Rajoy no le gusta mucho el contacto con la calle, ni disfruta de ser visto en público"

El 20 de noviembre se cumple un año desde la victoria electoral de Mariano Rajoy.Un año de incumplimientos en Moncloa: subida de impuestos, copago, recortes de servicios públicos, rebaja de salarios a funcionarios, creación de banco malo... Numerosas medidas aplicadas habían sido previamente desmentidas.


"¿Qué estado de ánimo hay en el Gobierno? No te diría desolación, pero casi"

Después de siete años y medio en la oposición, Mariano Rajoy logró en noviembre de 2011 su objetivo de llegar a la Presidencia del Gobierno.

El estallido de Bankia fue el big one, el gran seísmo del Gobierno de Mariano Rajoy. A partir del 7 de mayo se desataron todas las tormentas. Rajoy estaba preparado para hacer una drástica reforma laboral, pegarle un tajo a los presupuestos de las CCAA y hacer recortes en Educación y Sanidad.
Pero el resto no estaba en sus planes. El Gobierno carecía de plan B o C. Así empezaron los lamentos de cómo hemos llegado a esto. El PP había alcanzado el Gobierno con la convicción de que quitando a Zapatero de La Moncloa y poniendo a Rajoy las cosas mejorarían. Así se lamentaban los ministros.
«La convicción de que el cambio tranquilizaría a los mercados era unánime, firme y compartida por todos los analistas serios. Todos creíamos que la crisis se debía a la falta de confianza en Zapatero. Creímos que cambiar la orquesta y al director era lo que hacía falta, lo pensábamos todos, desde Rajoy hasta Montoro, quizá Luis (De Guindos) era más pesimista, pero jamás creyó que la prima iba a desbocarse siendo él ministro de Economía. Hizo una primera reforma financiera que creyó que sería suficiente y no lo fue. Rajoy pensaba que el diferencial con Alemania se reduciría drásticamente y la bolsa subiría. Lo veíamos todos. No sé por qué han fallado las cosas. No esperábamos el impacto del déficit, ni la derrota de Andalucía, que nos pegó un estacazo.
No preveíamos la poca comprensión que hemos encontrado en Europa. Nos votaron para que resolviéramos la papeleta creada por Zapatero y la caída en la realidad ha sido brutal. Creímos que tomando medidas los mercados creerían en nosotros. Juro que lo pensábamos de verdad. Estábamos convencidos de que siendo antipáticos hacia el interior nos iba a ir bien en el exterior. Creíamos que la prima iba a bajar de inmediato y que íbamos a poder financiarnos. Y nos encontramos que tomando las medidas más duras que ha tomado nunca un Gobierno en España, la prima no baja, sino que se dispara.
Nos sorprendió, nos sorprendió mucho. Gobernamos a golpe de timón, no podemos prever las cosas que van a suceder de un día para otro. ¿Qué estado de ánimo hay en el Gobierno? No te diría desolación, pero casi. Mucha preocupación y un cierto sentimiento de impotencia. Los mercados tienen más fuerza que nosotros».
Esta reflexión de un ministro se producía a comienzos de junio, después de la primera semana negra a la que luego seguirían muchas más. «Hemos seguido al pie de la letra el guión que nos han marcado, incluso hemos ido más allá. Ahora les toca a ellos, o nos ayudan a salir del pozo o tiramos la toalla. Moncloa está desesperada. ¿Cómo veo al presidente? Lo veo preocupado, muy decidido, perplejo y asombrado porque sus duras medidas no tengan consecuencias positivas. Está sorprendido por la falta de ayuda. Piensa que ha cumplido muy deprisa todo lo que le pedían y eso no ha tenido consecuencias en los mercados.

Morder la bala, Retrato íntimo del gobierno del PP, libro de Lucía Méndez, intenta dar respuestas a estas preguntas, trazando el retrato íntimo de quienes nos gobiernan.

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